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184.- EL SACERDOTE RENEGADO

1betania

De esta manera llegan a Bethania.

Acuden Lázaro y sus hermanas que se postran ante Él y María le besa los pies polvorientos.

Lázaro se pone a su lado y le dice:

–                       Ven, Señor mío. Mi casa te espera para alegrarse con tu Presencia.

María Magdalena va recogiendo todas las flores que Jesús pisa y la multitud va arrojando a su paso.

Jesús se separa y ordena:

–                       Esperad. Debo decir una palabra a alguien…

Se dirige a los hermanos de Juana de Cusa, a Yoel  y los que están con él:

–                       Os ruego que vayáis a la casa de Juana y díganle que venga a verme, porque mañana empieza el sábado y quiero celebrarlo con mis amigos de Bethania. Venid con ella y  las mujeres que están con ella. Id en paz.

Eliel responde:

–                       Se lo comunicaremos, Señor y Juana vendrá.

Jesús le dice a Yoel:

–                       Avisa a José y a Nicodemo que he llegado. Y que el día siguiente al sábado entraré en la ciudad.

Yoel responde:

–                       ¡Oh, ten cuidado Señor!

–                       Ve y ten valor. El que sigue la justicia y cree en mi verdad, no debe temblar, sino alegrarse. Porque va a realizarse la Promesa que fue hecha desde antaño.

–                       ¡Ah! ¡Huiré de Jerusalén! Soy hombre débil. Lo ves. Lo sabes. Y por eso se burlan de mí. No podría ver la… las…

–                       Tu ángel te guiará. Vete en paz.

1angel

–                       Te… ¿Te volveré a ver Señor?

–                       Cierto que me volverás a ver. Pero entretanto recuerda que tu amor me ha proporcionado una gran alegría, cuando Yo sufría.

Yoel toma la mano que Jesús le había puesto en la espalda, la oprime contra sus labios y la baña con sus lágrimas. Luego se va.

Jesús pregunta a Zaqueo:

–                       ¿Dónde están los tuyos?

Zaqueo contesta:

–                       Se quedaron en la fuente Señor. Así se los ordené.

–                       Vete con ellos a Betfagé, en Jerusalén. Donde están mis discípulos más antiguos y que me son más fieles. Di a Isaac que es su jefe, que se desparramen por la ciudad para que avisen sólo a los discípulos que a la mañana siguiente al sábado, a la hora tercia, entraré. Pasando por Betfaghé en Jerusalén y subiré solemnemente al Templo. Dirás a Isaac que es aviso solo para los discípulos. Él comprenderá lo que quiero decir.

–                       También yo lo comprendo, Maestro. Quieres sorprender a los judíos, para que no obstaculicen tu entrada.

–                       Así  es. Haz lo que te dije. Recuerda que es una misión de confianza que te confío. Me sirvo de ti y no de Lázaro.

–                       Y esto me muestra tu bondad que no tiene límites para mí. Te lo agradezco, Señor.  –Zaqueo besa la mano de su Maestro y se va.

Jesús se reúne con sus apóstoles en la casa de Lázaro.

Y bajo el pórtico les dice:

–                       Si queréis podéis ir a donde os plazca. Yo me quedo aquí. Y conmigo Judas y Santiago. Van a venir los discípulos. Procurad regresar para el crepúsculo. Sed prudentes. Tratad de pasar inadvertidos, para que no os vayan a hacer algo.

Los apóstoles conversan entre sí, sobre lo que cada uno hará en Jerusalén.

1apostoles (4)

Judas de Keriot se amarra las correas de sus sandalias y se acomoda el manto, como si fuera a salir.

Jesús le pregunta:

–                       ¿A dónde vas?

Judas contesta con altanería:

–                       A la ciudad.

–                       Te dije que te quedaras conmigo y con Santiago.

–                       ¡Ah! Pensé que te referías a Tadeo… Entonces… -agrega con ironía- Yo…  soy como un prisionero… ¡Ah, ha!  -y ríe con sarcasmo.

Zelote observa:

–                       Bethania no tiene cadenas, ni barrotes. Sólo tiene el deseo de tu Maestro. Yo estaría contento de ser su prisionero.

Judas responde:

–                       ¡Oh, claro! Sólo era una broma. Es que… quería  tener noticias de mi madre y como vendrán a Jerusalén peregrinos de Keriot y…

Jesús dice con autoridad:

–                       No. Dentro de dos días estaremos todos en Jerusalén… Tú ahora te quedas aquí.

Judas no insiste y se quita el manto.

Tomás exhorta:

–                       ¡Ya no perdamos tiempo! ¡Vámonos!

Juan pregunta:

–                       ¿Maestro, voy?

–                       Vete.

Judas explota:

–                       ¡Bueno! ¡Siempre lo mismo! ¡Él sí! ¡Los otros sí! ¡Yo no!… ¡Siempre no!

judas1

Juan le promete para calmarlo:

–                       Procuraré informarme de tu madre.

Zelote dice:

–                       Yo voy contigo y con Tomás. Mi edad frenará a los jóvenes. Maestro, conozco bien a los de Keriot. Si veo a alguien le preguntaré. Y traeré noticias de tu madre, Judas. ¡Sé bueno! ¡Pórtate bien! Es Pascua Judas.  ¿Para qué quieres estar siempre tan inquieto, tan hosco y tan descontento?

1letmypeoplego

Pascua es el Paso de Dios… Pascua es fiesta de liberación para nosotros, de un duro yugo del que nos sacó el Dios Altísimo. Pascua, liberación de los corazones. Purificación, bautismo con la Sangre del Cordero; para que las fuerzas enemigas no hagan daño al que esté señalado con ella.

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¡Tan bello que es el empezar el nuevo año con esta Fiesta de la Purificación! Liberación, Adoración a nuestro Dios Salvador… ¡Oh, perdón Maestro! He hablado olvidando que eres Tú el que debe rectificar nuestros corazones…

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Judas rezonga rojo de ira:

–                       Es lo que yo estaba pensando, Simón. Exactamente lo mismo: ahora tengo dos maestros, en lugar de uno. ¡Y me parecen demasiados!

Pedro grita sin poderse controlar:

–                       ¡Y si no te callas, tendrás un tercero! Ese seré yo. ¡Te juro que tendré argumentos más persuasivos que las palabras!

Judas lo reta:

–                       ¿Te atreverías a pegarle a un compañero? Finalmente sale a flote tu verdadera naturaleza.

–                       Cuando se trata de asnos salvajes como tú, no hay otro argumento para domarlos, que los latigazos.  ¡Avergüénzate de abusar de su bondad y de nuestra paciencia! ¡Vámonos! Hasta pronto Maestro. También yo me voy, porque si me quedo…

Pedro toma su manto y se pone al revés. Juan se lo advierte y le ayuda a ponérselo bien. Pedro sale pisando fuerte para descargar su coraje.

Los demás… ¡Oh! ¡Todos son libros abiertos que no esconden sus pensamientos! Bartolomé levanta su cara al cielo y parece estudiar los vientos, para no ver el dolor en Jesús y la perfidia en Judas, el discípulo indigno.

Mateo y Felipe se llevan a Tadeo y a Santiago de Alfeo, antes de que estalle un conflicto. Andrés y Santiago de Zebedeo se miran mutuamente con tristeza y desconcierto y también se van.

Se quedan solos.

Judas se va al jardín y se dirige al kiosco de los jazmines.

Jesús lo sigue con la mirada vigilante. Ve que finge sentarse. Desaparece por la parte posterior y se mete entre los rosales que separan el jardín de los colmenares…

1colmenas

¡Judas está decidido a escaparse sin permiso! Se dirige hacia una de las puertas que hay en los muros del vastísimo jardín.

Jesús lo mira con angustia. ¡Sí lo único que quisiera fuera sólo desahogar su mal humor!… pero trata de abrir el cancel. Y al no lograrlo, llama a un siervo que trabaja en las colmenas…

Jesús le grita:

–                       ¡Judas! ¡Espérame! ¡Debo hablarte!…  –y corre tratando de alcanzarlo.

El siervo dice sonriente:

–                       Casi nunca abrimos esta puerta. Está enmohecida. Cuando algo no se usa, se acaba… Como nos sucede a nosotros cuando no trabajamos en nuestro corazón. Yo me digo, si las abejas obedecen la orden de Quien las creó y son tan pequeñas que no sé dónde tengan el cerebro y su corazón. Yo que tengo además un alma y que escucho al Maestro, ¿No debo obedecerlo y embellecer mi espíritu, no permitiendo que el Enemigo lo dañe con sus ataques y sus trampas?

El siervo dice todo esto, mientras forcejea con la cerradura y la gruesa llave para poder abrir.

1abejareina

Jesús pone su mano sobre la cabeza blanca del anciano que está inclinado ante él y le dice:

–                       Has dicho muy bien. Imita a tus abejas y tu alma se convertirá en una colmena de virtudes preciosas con las que Dios se regocijará. Vuelvo pronto, Jonás. La paz sea contigo. Si te quedas aquí, no es necesario que cierres detrás de nosotros.

Y sale por el camino que lleva a los prados de trébol rojo, que son hermosos como alfombras, con sus colores verdes y carmesí. Por ellos las abejas pasan veloces, volando de flor en flor.

1-flores-bejas

Cuando se han alejado lo suficiente para que nadie pueda escucharlos…

Jesús pregunta a Judas:

–                       ¿Oíste lo que dijo? Es un campesino sin instrucción y sin embargo él ve la necesidad de vigilar, para que los enemigos del espíritu, no destruyan su espíritu. Yo… por causa de ellos te tengo junto a Mí y por eso me odias. Te quiero defender de ellos y de ti mismo. Y tú me odias. Una vez más te lo digo, Judas. Vete lejos. No entres en Jerusalén. Estás enfermo. No es mentira que estás enfermo y que no puedes participar en la Pascua. Celebrarásla Suplementaria…

Judas rechaza:

–                       ¡No! Muchas veces te pedí que me arrojaras. No lo has querido. Ahora soy yo el que no quiere.

Jesús dice con súplica:

–                       ¿No lo quieres? ¿No quieres salvarte? ¿No tienes compasión de ti mismo? ¿Tampoco de tu madre?

1-_Jesus_and_Judas

Judas lo mira con ironía y dice:

–                       Deberías decir: ¿No tienes compasión de Mí? Serías más sincero…

–                       Judas, infeliz amigo mío. Te lo pido no por Mí, sino por ti. Sólo por ti te lo pido. ¡Mira! Estamos solos. Yo y tú. Tú sabes Quién Soy yo. Y Yo sé quién eres. Es el último momento de la Gracia, que se te ha concedido una vez más, para impedir tu ruina…

Judas suelta una carcajada satánica…

1judas-dem

Jesús continúa:

–                       No te rías tan diabólicamente, amigo mío. No te burles de Mí como si fuera un loco, porque te digo tu ruina y no la mía. Estamos solos: Yo y tú. Y sobre nosotros Dios, que todavía no te odia y que asiste a esta última lucha entre el Bien y el Mal, que se disputan tu alma.

Sobre nosotros está  el Empíreo que nos contempla. Ese empíreo que pronto se llenará de santos, que ya presienten esta hora de su bendita alegría… Judas, entre ellos está tu padre…

Judas contesta mordaz:

–                       Fue un pecador. No está allí…

–                       Fue un pecador, pero no es un condenado. Por eso él siente que se acerca la alegría también para él. ¿Por qué quieres proporcionarle tristeza?

–                       El no sufre. Está muerto.

Jesús objeta:

–                       No. Sufre al ver que eres culpable… Que eres… ¡Oh! ¡No quieras arrancarme esa palabra!…

–                       ¡No temas! ¡Dila! Hace meses que me la digo a mí mismo. Estoy condenado.

1condenados

–                       Lo sé. Nada puede cambiarse…

–                       Todo, Judas. Yo lloro. ¿Quieres ser tú la causa de mis últimas lágrimas? Judas, te lo suplico. Piensa amigo que el Cielo hace lo que le pida. Y tú… ¿Dejarás que pida en vano?… Piensa que el que delante de ti te lo suplica, es el Mesías de Israel,  ¡El Hijo del Padre!… ¡Judas, escúchame! ¡Detente ahora que puedes hacerlo todavía!… 

1hades2

La respuesta de Judas sale como un latigazo:

–                       ¡No!

Jesús se cubre el rostro con las manos y se deja caer a la orilla del prado. Llora en silencio y se ve que su espalda se sacude, por los profundos sollozos.

Judas lo mira a sus pies, aniquilado. Llorando por el deseo de salvarlo… Algo se mueve en su corazón de piedra  y hace a un lado su tono amargo…

Judas con fatiga dice:

–                       Tengo que ir. He empeñado mi palabra.

Jesús levanta su rostro desencajado por el dolor y dice:

–                       ¿Con quién? ¿Con hombres miserables? ¿Te preocupas de sus honras? ¿No te habías entregado a Mí hace tres años?  ¿Piensas en lo que diga un puñado de malhechores y no en el Juicio de Dios?  -Jesús baja desconsolado la cabeza, mientras agrega-  ¿Qué debo hacer Padre, para que en él renazca la voluntad de no pecar?

Judas siente compasión y dice:

–                       ¡Me quedo! ¡No sufras de ese modo! Me quedo. ¡Ayúdame a continuar! ¡Defiéndeme!

–                       ¡Siempre! Basta con que tú lo quieras. No hay culpa que no compadezca y no perdone. Di: ‘Quiero’ Y te redimiré…

Jesús se pone de pie y abraza a su amigo.

JONATHAN SCARFE, JOHNATHON SCHAECH

Pero si las lágrimas de Jesús-Dios caen sobre los cabellos de Judas, éste mantiene sus labios sellados. No pronuncia la palabra que se le ha pedido. Ni  siquiera pide perdón, cuando oye que Jesús le habla con infinita dulzura…

Jesús dice:

–                       ¡Sabes que te amo! ¡Tenía que haberte reprendido! Te doy el beso de paz. Podría haberte dicho: “Pide perdón a tu Dios” Y sólo te pido que quieras ser perdonado. ¡Estás tan enfermo! No se puede pedir mucho a uno muy enfermo. A todos los pecadores que han venido a Mí, les he exigido un arrepentimiento absoluto, para poder perdonarlos. A ti amigo, solo te pido que quieras arrepentirte. Y luego… Yo haré el resto.

Judas no dice nada…

Jesús lo suelta y dice:

–                       Quédate aquí por lo menos hasta el Domingo.

–                       Me quedo… Regresemos a casa antes de que noten nuestra ausencia. Tal vez los discípulos ya te estén esperando. Son mejores que yo y no debes descuidarlos.

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–                       ¿No recuerdas la parábola de la oveja perdida? Tú eres… Los discípulos son las buenas ovejas encerradas en el redil. No conocen ningún peligro. Es tu alma la que quiero llevar al redil.

–                       ¡Está bien! ¡Regreso al redil! Me encerraré en la biblioteca de Lázaro a leer. No quiero que me perturben. Así… no se sospechará de mí. Me iré por la puerta principal. No temas, no voy a huir. Cuando quieras, puedes ir a verme, ahí estaré.

Y dándole la espalda, se aleja a grandes pasos.

Jesús levanta los brazos y su afligido rostro al cielo. Levanta su corazón al Padre Celestial, llorando…

Jesús gime:

–                       ¡Oh, Padre mío! ¿Podrás acaso acusarme de haber dejado algo sin mover, para salvarlo? Sabes que lucho por su alma, no por mi vida para impedir su crimen… ¡Padre mío, te lo ruego! Apresura la Hora de las Tinieblas. La Hora del Sacrificio; porque me es muy amargo vivir junto al amigo que no quiere ser redimido. ¡Oh! ¡Es el más grande dolor!

Se sienta sobre el tupido trébol. Reclina la cabeza sobre sus rodillas  que ha estrechado con sus brazos y llora amarga y silenciosamente. Es un llanto muy doloroso… Pues sabe que el Cielo no hará nada por consolarlo y que Él debe padecer ese dolor.

1jesus-orando

Testigos de estas lágrimas son las abejas, el trébol que se mueve al impulso del viento que amenaza tempestad, en las nubes que han oscurecido el firmamento y se cierran vaticinando lluvia.

Jesús deja de llorar y dice:

–                       ¡Padre mío, hágase como Tú quieres! ¡Te ofrezco el sacrificio de este deseo mío de Salvador y de Amigo! ¡Escrito está! Él lo ha querido, es verdad. Pero permíteme, ¡Padre mío! Que continúe Yo mi obra por él, hasta que todo esté terminado. Desde ahora te digo Padre, cuando oraré por los pecadores cual víctima impotente para cualquier acción directa, ¡Padre! Toma mi sufrimiento y fuerza con él, el alma de Judas.

Sé que te pido lo que la Justicia no puede conceder; pero de Ti vienen la Misericordia y el Amor. Yo Mismo me daré a mis amados en alimento y bebida. Padre, que mi Carne y mi Sangre, no sirvan de condenación para ninguno de ellos. Padre ayúdame, ¡Que haya un germen de arrepentimiento en ese corazón!

1getsemani

Padre… ¿Por qué te alejas? ¿Te alejas ya de tu Verbo que te ruega? Padre,  es la Hora. Lo sé. Hágase tu voluntad Bendita; pero deja en tu Hijo, en tu Mesías; la esperanza de salvarlo. ¡Oh, Padre mío! Lo sé. Lo supe desde que lo encontré en el Templo… Siempre lo he sabido… Pero ahora, ¡Oh! ¡Me parece una gran piedad tuya el que disminuya en Mí, la visión segura el futuro!

Todo esto me parece una horrible pesadilla, causada por su comportamiento, que no es lo último… Que puedo esperar todavía; porque mi sufrimiento es infinito e infinito será el sacrificio y que sirva para él. ¡Ah, deliro! ¡Es el Hombre el que quiere esperar esto!

1jesus-el-unico-camino-al-cielo 1jllorando

¡El Dios que está en el Hombre, el Dios hecho Hombre no puede hacerse ilusiones! El Abismo ya se abrió para tragarse al que prefirió las Tinieblas  la Luz…

1jesus-el-unico-camino-al-cielo

Piedad de tu parte, el mostrármelo ahora que me has consolado! Si Padre, también esto. Seré Misericordia hasta el fin. Porque tal es mi Esencia.

Sigue orando con los brazos abiertos en forma de cruz. Su rostro desencajado por el dolor, se va revistiendo de una paz majestuosa. Parece iluminarse por una alegría interior. Es la alegría de su espíritu en comunión con el Padre; que trasluce a través de los velos de la carne y borra las señales que el dolor ha dejado sobre su rostro enflaquecido y espiritualizado. Que cada vez se hace más claro, cuanto más avanzan el dolor y el sacrificio.

1Greg_Olsen_O_Jerusalem_525

Ese Rostro del Dios-Hombre, cincelado en una belleza sobrenatural de amor y dolor perfectos y completos; que ningún artista sería capaz de plasmar, aun cuando el Redentor se le mostrase.

Después de un rato termina de orar y regresa a la casa.

Jonás lo ve y corre a tomar de sus manos la pesada llave. En el jardín se encuentra con Lázaro.

El más fiel amigo dice:

–                       Maestro, llegaron las mujeres. Están en la sala blanca, porque en la biblioteca está Judas leyendo y se ve que sufre.

Jesús contesta:

–                       Lo sé. Gracias por recibirlas. ¿Son muchas?

–                       Además de tu Madre y mis hermanas, vinieron todas y las romanas con Juana de Cusa…

Se adentran en la casa.

1vestales

HERMANO EN CRISTO JESUS:

ANTES DE HABLAR MAL DE LA IGLESIA CATOLICA, – CONÓCELA