910 El Leproso Espiritual6 min read

IMITAR A JESÚS ES EL EJEMPLO QUE SALVA 

575c Extremo intento de redimir a Judas Iscariote.

16/11/23

Jesús toma del brazo a Iscariote y se adelanta con él.

Trata de aprovechar lo que sucedió…

Para trabajar en el corazón de Judas;

estremecido por el miedo ante el Juicio de Dios…

Jesús le habla con dulzura:

–             Ves Judas que fácilmente se puede morir.

La muerte siempre está a nuestro lado…

Al acecho en torno a nosotros…

Ya ves que lo que parece una cosa sin importancia cuando estamos llenos de vida…

Cuando las fuerzas nos sonríen..

Se hace grande, espantosamente grande, cuando la muerte nos roza, se deja ver… Y…

¿Por qué querer tener estos miedos;

creárselos para encontrárselos de frente en el momento de la muerte;

si con una vida santa se puede ignorar el miedo al cercano juicio divino?

¿No te parece que merece la pena vivir una vida justa para tener una plácida muerte?

Pero, ¿Por qué tener esos temores al morir…

Cuando pueden desaparecer llevando una vida santa?

¿No lo piensas Judas, amigo mío?

¿No te parece que es mejor si vives como un hombre justo, para que encuentres una muerte placida?

Judas,  amigo mío.

La divina y paternal misericordia permitió esto que sucedió,

como un toque, como un llamado a tu corazón.

Todavía estás a tiempo Judas

¿Por qué no quieres dar a tu Maestro que está para morir, la grande…?

¿La grandísima alegría, de saber que te has regresado al bien?

Judas responde:

–             ¿Pero…

Aún puedes perdonarme, Jesús?

–             ¿Te hablaría así si no pudiera?

¡Qué poco me conoces todavía!

Yo te conozco.

Sé que eres como uno que estuviera atrapado por un gigantesco pulpo.

Pero, si quisieras, podrías liberarte todavía.

Sufrirías, eso sí.

Que sufrirías mucho si arrancase de ti, esos tentáculos que te encadenan.

Arrancarte esas cadenas que te muerden y envenenan, significaría dolor.

Pero después, ¡Cuánta alegría tendrás, Judas!

¿Tienes miedo de no poder reaccionar contra lo que te tiene avasallado?

¿Temes no tener la fuerza de reaccionar contra los que influyen en ti?

Yo puedo absolverte anticipadamente del pecado de transgresión del rito pascual…

Eres un enfermo.

Para los enfermos la Pascua no es obligatoria.

Ninguno está más enfermo que tú.

Eres como un leproso espiritual.

Los leprosos, mientras lo son, no suben a Jerusalén.

Créeme, Judas:

Comparecer ante el Señor con el espíritu sucio, como lo tienes tú…

No es honrar al Señor, sino ofenderlo.

Antes hay que…

Judas cuestiona con un poco de rabia:

–           Entonces, ¿Por qué no me purificas…

Y me curas?… – pregunta ya duro y lleno de rebeldía Judas.

–             ¡Que no te curo!…

Cuando alguien está enfermo busca por sí mismo, la curación.

A no ser que sea un niño o un loco…

Cuando uno está enfermo, busca -la busca él- la curación.

A menos que sea un niño pequeño o un subnormal;

porque estos no saben poner el acto de querer…

–           Trátame como a esas personas.

Trátame como si lo fuese.

Como si estuviese loco…

Trátame como a un subnormal y remédialo Tú sin que yo lo sepa.

–              No sería justicia…

Porque tú puedes querer.

Conoces el Bien y el Mal.

Tú sabes lo que para ti es un bien y lo que es un mal.

No serviría de nada que te curase, sin tu voluntad de quedar curado.

Si no tienes la voluntad de permanecer sano…

–            Dámela también.

–            ¿Dártela?

¿Darte una voluntad buena?

¿Imponerte entonces, una voluntad buena?

¿Y tú libre albedrío?

¿Qué diría?

¿En qué se transformaría entonces?

¿Qué sería tu yo de hombre, criatura libre?

¿Qué sucedería con tu personalidad humana que es libre?

¿Un yo subyugado?

¿Sería un juguete?

–               ¡De la misma forma que estoy subyugado por Satanás, podría estarlo por Dios!

Como soy posesión de Satanás, podría serlo de Dios.

–               ¡Mira Judas que me ofendes!

¡Qué me taladras el corazón!

¡Cómo me hieres, Judas!

¡Cómo traspasas mi corazón!

Pero te perdono lo que me haces…

Subyugado por Satanás, has dicho:

Yo no decía esta cosa tan tremenda…

Dijiste que eres un juguete de Satanás.

Yo no quería decir semejante cosa…

–            Pero la pensabas porque es la realidad…

Y porque la conoces.

Si es verdad que lees los corazones humanos.

Si esto es así…

Sabes muy bien que yo ya no soy libre…

Satanás me ha atrapado…

él se ha apoderado de mí y…

Jesús le objeta con firmeza:

–           No es cierto.

Se te ha acercado.

Te ha estado tentando y te ha puesto asechanzas.

Y tú le has dicho que sí.

Tú lo has aceptado.

No hay posesión si desde el principio no se consiente a la tentación diabólica.

No hay posesión si no hay consentimiento y una adhesión a la tentación satánica.

La Serpiente introduce la cabeza y se asoma…

Entre las apretadas barras dispuestas como defensa de los corazones.

Y no entrará si el hombre se rehúsa a ver su apariencia seductora;

Porque no entraría si el hombre no le ensanchara un hueco para admirar

el aspecto seductor de la Serpiente…

se niega a escucharla, a seguirla…

Cuando no es así…

Sólo entonces el hombre queda subyugado, poseído;

Pero es porque lo quiere…

Solo entonces es cuando el hombre se convierte en juguete del Demonio;

es un poseído y eso porque lo quiere. 

Dios también lanza desde los cielos las luces dulcísimas de su paterno amor.

Y sus luces penetran en nosotros.

Mejor:

Dios a quien todo le es posible, desciende al corazón de los hombres.

Cuando la voluntad humana lo permite;

el Huésped Divino forma su hogar en el corazón de los hombres.

Le pertenecen por derecho.

Está en su derecho.

¿Por qué entonces el hombre, que sabe hacerse esclavo, que se convierte en juguete…

Que sabe someterse al Horrendo…

La posesión demoníaca perfecta NO PUEDE reverenciar a Dios, porque Satanás lo odia y a sus instrumentos, es lo que les trasmite… Y POR ESO SON TAN CRUELES

No sabe hacerse siervo de Dios…

Es más: un verdadero hijo de Dios…

Y lo que hace es expulsar de sí a su Padre santísimo?

¿Y termina cometiendo pecados abominables?

¿No me respondes?

¿No me dices por qué has preferido a Satanás antes que a Dios?

Y no obstante…

¡Todavía estarías a tiempo de salvarte!

Sabes que voy a la muerte.

Nadie como tú lo sabe…

No rehúso el morir…

Camino hacia mi patíbulo.

Y camino derecho, porque mi muerte será vida para muchos.

¿Por qué no quieres estar entre éstos?

¿Sólo para ti amigo mío?…

¿Mi pobre y enfermo amigo?

¿Sólo para ti mi muerte será inútil amigo mío?

¡Mi pobre amigo!

Deja un comentario

Descubre más desde cronicadeunatraicion

Suscríbete ahora para seguir leyendo y obtener acceso al archivo completo.

Seguir leyendo