UN EXORCISTA PRIVILEGIADO 812 min read

PECADO Y LIBERACIÓN

Si reflexionamos con detenimiento todo el contenido de los  últimos artículos que completan el tema que nos ocupa;

entenderemos más claramente la URGENCIA DEL CIELO en los Llamados a la Conversión;

que tanto nuestro Señor Jesucristo, como la Madre de Dios, están haciendo a la Humanidad.

Y también nos hará reflexionar en la clase de cristianismo que estamos practicando.

Esperamos que la reflexión profunda que hagamos sobre este testimonio,

junto con la revelación que hizo Eduardo Verástegui en su última entrevista

y que repetimos a continuación:

En su entrevista, Verástegui confesó a Cala, que el secreto de sus 13 años de castidad

ES SU INTENSA VIDA ESPIRITUAL.

Eduardo-Verastegui

Soy una persona muy débil y es por eso que tengo una disciplina espiritual.

Si me quitas mi disciplina espiritual,

SI ME QUITAS A DIOS DEL CENTRO DE MI VIDA,

YO COLAPSO EN DOS MINUTOS.

No puedo.

Vivo en un mundo lleno de tentaciones.

Y la capital de las tentaciones es nuestra carrera.”

Y yo no solo digo lo mismo que él, porque después que conocemos a Dios

¡YA NO ES POSIBLE VIVIR SIN ÉL! 

Realmente es preferible morir;

porque la vida sin Él carece de sentido y de objetivo

Que esto nos haga meditar en nuestra situación particular y si deseamos convertirnos,

Mi santo director espiritual, el Padre Tiberio María Munari, me enseñó

que la conversión debemos ejercerla TODOS los días…

Despertándonos diario con el deseo de ser mejores, aumentando nuestro anhelo de Dios,

y esforzándonos por ser mejores cristianos, creciendo en el Amor… Basta con que le digamos sencillamente a Jesús:

“Señor, ayúdame a cambiar.

Dame la conversión que necesito para conocerTe y amartTe. Amén”

Y sé bienvenido a las filas de los adoradores del Espíritu Santo.

MI APRENDIZAJE SOBRE EL PECADO

  1. Cuando hayas entrado en la tierra que Yahveh tu Dios te da, no aprenderás a cometer abominaciones como las de esas naciones.
  2. No ha de haber en ti nadie que haga pasar a su hijo o a su hija por el fuego, que practique adivinación, astrología, hechicería o magia,
  3. ningún encantador ni consultor de espectros o adivinos, ni evocador de muertos.
  4. Porque todo el que hace estas cosas es una abominación para Yahveh tu Dios y por causa de estas abominaciones desaloja Yahveh tu Dios a esas naciones delante de ti.
  5. Has de ser íntegro con Yahveh tu Dios.
  6. Porque esas naciones que vas a desalojar escuchan a astrólogos y adivinos, pero a ti Yahveh tu Dios no te permite semejante cosa.
  7. Yahveh tu Dios suscitará, de en medio de ti, entre tus hermanos, un profeta como yo, a quien escucharéis.(Deuteronomio 18, 9-15)

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(Éxodo 20, 2-6)

2.- «Yo, Yahveh, soy tu Dios, que te he sacado del país de Egipto, de la casa de servidumbre.

3.- No habrá para ti otros dioses delante de mí.

4.- No te harás escultura ni imagen alguna ni de lo que hay arriba en los cielos, ni de lo que hay abajo en la tierra, ni de lo que hay en las aguas debajo de la tierra.

5.- No te postrarás ante ellas ni les darás culto, porque yo Yahveh, tu Dios, soy un Dios celoso, que castigo la iniquidad de los padres en los hijos, hasta la tercera y cuarta generación de los que me odian,

6.- y tengo misericordia por millares con los que me aman y guardan mis mandamientos (Éxodo 20, 2-6)

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Durante los siguientes tres años, después de mi pentecostés personal;

estos dos pasajes bíblicos adquirieron su plena relevancia,

en el ministerio al cual había sido llamada.

Durante ese tiempo mi aprendizaje fue intensivo y en los años posteriores,

aunque de manera más esporádica;

nunca dejaron de presentárseme estos singulares combates.

Al año siguiente de mi conversión, conocí al que sería mi director espiritual por casi catorce años

y su oración, su sabiduría y su santidad;

me guiaron en el escabroso sendero por el que me llevaba la Voluntad Divina.

Era un misionero Xaveriano,

cuyo convento estaba no muy lejos de la colonia donde yo vivía

En la parroquia a la que pertenecía, él ayudaba al párroco con las misas matutinas

y presidía las asambleas de oración que los lunes de cada semana,

seguían después de la Misa de 7 pm. En el Templo de Nuestra Señora de los Dolores.

También supervisaba los diferentes ministerios y los grupos de evangelización

que se habían formado.

En todo ese tiempo, el ministerio de sanación y liberación era conducido por Jesús

a través de mi indigna persona.

Y asistí a más de quinientas liberaciones.

Lo que había aprendido en la casa de Alfonso era esto:

La confesión frecuente y la Eucaristía diaria,

además del Rosario meditado con lecturas bíblicas,

rezado en grupo por los demás y con maravillosas alabanzas, cantadas con fervor

y adoración a la Santísima Trinidad, a María y al Espíritu Santo;

eran el baluarte de nuestro grupo de guerreros oradores por la Liberación.

Siempre cuando había oportunidad,

le preguntábamos al Señor en cada caso en particular;

que era lo que ÉL quería hacer…

Y Él nos señalaba con instrucciones precisas;

cuantos días de ayuno y oración requeríamos y nos mostraba la estrategia a seguir.

Pues Jesús sabía de antemano, cómo se desarrollaría la nueva Guerra,

que también era una prueba de Fe y una nueva lección para nosotros..

«Ve y vence. Ve y conquista. Ve y nunca olvides que eres un guerrero de Dios. Habla con autoridad. Camina con seguridad. ERES HIJO DEL REY»

Porque Satanás siempre utilizaba diferentes tácticas para atacarnos

y también variaba sus estrategias;

tratando de aterrorizarnos y vencernos.

Pues cada liberación era un auténtico combate cuerpo a cuerpo, 

en esta batalla espirituaL.. 

Porque cada liberación era única,

así como cada persona era diferente;

como únicas y diferentes eran también las almas que requerían nuestra ayuda

y distintos los pecados cometidos

y los espíritus que estaban atormentando a los individuos.

Nuestras batallas más duras y más llenas de espectacularidad,

eran contra las posesiones por los pecados de idolatría y el espíritu de Lujuria.

Llegué a presenciar combates que en comparación,

lo sucedido con David era como un juego de niños.

Y varias veces los que terminábamos experimentando algo similar

a los efectos especiales de la película Matrix,

éramos los guerreros que tratábamos de liberar,

al que sufría la esclavitud por el Maligno.

Lo más penoso, eran las venganzas.

Porque el Infierno es experto en desquitarse de lo que considera agravios insultantes…

Y más infligidos por una ‘perra y estúpida mujercilla’, como me llamaban a mí.

Porque como machistas, son maestros y nadie los supera.

Yo aprendí a lidiar con todo eso…

Y le entregaba todo al Señor.

Pero en una ocasión en que fue especialmente dolorosa y terrible

la venganza que tuve que soportar…

Como la paciencia no es mi atributo principal,

renegué y me porté como toda una mocosa majadera, en el apogeo de su berrinche y…

Le reclamé a Jesús:

–          ¿Por qué tengo que hacer el trabajo de tus obispos?

Yo no tengo la culpa que ellos no quieran sufrir, ni boxear

o andar de toreros espontáneos…

con las huestes de horrorosos diablos que pululan por todas partes,

atormentando a los que no quieren entender las consecuencias de sus pecados.

Jesús me miró tan, pero TAN TRISTE;

que yo me sentí como el microbio más patético y despreciable que pudiera existir…

Y sentí tanto arrepentimiento, que llorando le pedí perdón…

ENOJO

Y le prometí que ya no me volvería a portar mal con Él.

Qué siempre cumpliría con mi ministerio, en donde quiera y como fuera;

tan sólo por hacerlo feliz a ÉL.

Pero me sentía tan desconsolada, que le dije a Jesús:

–          Señor.

¿Por qué no les abres a TODOS, los ojos espirituales;

para que contemplen la realidad de su situación con respecto al pecado?

Y Él me contestó muy serio:

–          ¿Quieres que se mueran de un infarto?

Su Infinito Amor y su Infinita Paciencia, también nos protege de nosotros mismos.

Pero mientras tanto le destrozamos su Sacratísimo Corazón,

con todas nuestras estúpidas frivolidades.

Recuerdo que en una ocasión, la lucha era totalmente feroz

en una liberación muy especial;

para la cual Jesús nos había prevenido de manera muy particular

y donde había Demonios muy poderosos por el incesto, la perversión

y el satanismo juntos.

En aquellos días, Jesús todavía no me había prohibido usar pantalones,

que era una de mis prendas favoritas.

Y yo, ya había adquirido experiencia y la voz ya NO me temblaba,

cuando de apabullar a Satanás se trataba.

 Y si alguien ajeno hubiese entrado a nuestro recinto de combates,

hubiera visto como la que  parecía suspendida del techo era yo;

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pues era sostenida alrededor de mi cuerpo por una mano invisible y horrorosa,

que abarcaba casi toda mi cintura, que en aquel entonces medía alrededor de 66 cm.

Y el Maligno me sostenía agarrada, como si yo fuera una muñeca;

amenazando con arrojarme, con su colosal fuerza… 

Yo había visto sus intenciones.

Pero en lugar de amedrentarme, la adrenalina que corría por mis venas,

me hizo reaccionar desafiante y…

Le grité a Lucifer:

–          ¿Vas a matarme?

¿Ya le pediste permiso a Jesús, Señor de la Vida y de la Muerte?

Porque te advierto que te voy  a costar muy cara.

Y el castigo que ya te dieron,

no será nada, comparado con el que te voy a proporcionar yo.

SANGRE DE JESUS

POR LA SANGRE PRECIOSÍSIMA DE JESUCRISTO

LES ORDENO:

SI NO SE LARGAN TODOS

EN ESTE MISMO INSTANTE,

LAMENTARÁN EL DÍA QUE ENTRARON

A POSEER A ESE HIJO DE DIOS.

¡¡¡¿Entendieron?!!!

¿O quieren que se los explique con palitos y bolitas?

Anda, ¡LÁNZAME!

¿Crees que te tengo miedo?

¡Mira!…

 Y comencé a cantar  el Magníficat con un gozo inefable…

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Más o menos a la mitad del Himno, todo quedó suspendido como por encanto.

Y se hizo un silencio sepulcral.

De repente me descendieron del techo con una suavidad muy delicada.

(Como soy ciega y sorda espiritual, no estoy segura.

Ahora que lo pienso, tal vez fue mi Ángel de la Guarda)

Y cuando todo terminó, todos parecíamos boxeadores de peso mosca,

que hubieran luchado quince rounds con un gigantón de peso completo.

Esa vez duré tres días en cama, hasta con fiebre;

pero todos estábamos muy contentos…

La única huella extraordinaria de lo que había pasado,

fue una quemadura con la forma de una mano gigantesca,

que por el frente mostraba la silueta perfecta de un pulgar alargado con una uña tremenda.

Y alrededor de mi costado se veía la palma,

y casi toda la parte central y baja de mi espalda,

mostraba cuatro dedos enormes,

que se llenaron de un montón de pequeñas ampollas que parecían burbujas…

La quemadura tenía el aspecto del empaque que se usa,

para proteger artículos tecnológicos…

Mi hermana me curó con la pomada amarilla que se utiliza para las quemaduras,

y los siguientes quince días, tuve que dormir cuidadosamente recostada

sobre el lado que no había sido lastimado, hasta que mi lesión sanó.

Y que me mantuvo casi inmovilizada, porque era extremadamente dolorosa…

Lo más extraño, es que mi blusa de seda blanca que me gustaba tanto,

¡Estaba intacta! 

Esto fue un doloroso recordatorio, de que tampoco Satanás anda con juegos…

Y nuestros combates no eran ficciones psicológicas…

Increíblemente, todos estos sufrimientos aumentaban mi deseo de vencerlos,

demostrarles que tampoco ellos eran intocables…

Y ¡Qué no éramos unos ratones asustados por su prepotencia y sus ostentaciones de poder…

Que también eran magistrales,

y nos obligaban a reaccionar de formas extraordinarias…

Con cada liberación, siempre aprendía una nueva lección

sobre las consecuencias de nuestra ligereza en el pecar.

Combatir con Satanás era magistral,

y en cada ocasión aumentaba nuestro adiestramiento

y el caudal de conocimientos que nos hacía comprender más, el sufrimiento humano

y nuestra participación directa e involuntaria por nuestra ignorancia,

con los pecados que todos cometemos.

Y que sin la extraordinaria capacitación que yo estaba recibiendo de manera tan insólita,

jamás hubiera comprendido y asimilado en toda su pavorosa dimensión:

La terrible realidad de lo que significa verdaderamente el Pecado

y lo que se esconde detrás de él.

No hay pecados triviales.

Por eso Jesús insiste tanto en que seamos santos y perfectos.

El Pecado nos deforma y nos enferma también físicamente;

aparte de separarnos de Dios

Y permite a Satanás, que ejerza un dominio completo sobre nuestros pensamientos

y nuestros sentimientos.

Terminando con un control tiránico e implacable, sobre nuestra conducta.

Si todos los hombres reflexionaran en esto, se vaciarían los gimnasios y se llenarían las iglesias.

Porque es mucho más importante la belleza y la salud del alma, que la del cuerpo.

A éste se lo comerán los gusanos, pues estamos sujetos a la corrupción de la tumba.

Pero las del alma, nos acompañarán por toda la Eternidad

y regenerarlas en el más allá,

está mucho más que complicado.

Solamente en el Purgatorio podremos sanar..

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